jueves, 2 de febrero de 2012

Muerte en vida?

Alejandra despertó sudando frío. No sabia de que estaba tan asustada. No notó que la oscuridad poseía un tinte de sepia y sangre.

Quiso acariciar a su gato, pero este huyó como si de un demonio se tratase. Desde sus adentros salio una lagrima fría e insípida.
Subió.

Mientras entraba en contacto con el agua tibia, notaba como se sentía distinta, no cálida y reconfortante sino punzante e incomoda. Se sintió mas agusto recostada en la fría pared de baldosa que antes hubiera iniciado una serie de horribles escalofríos.

Como sus manos recorrían su cabello, no notó mientras se enjuagaba el shampoo, que su sedoso cabello se había vuelto tan marchito como las hojas del otoño. Salió, al recorrer con sus palmas su cuerpo desnudo, no sintió la calidez de este, pensaba que era por aquella supuesta pesadilla que no podía recordar.

Alejandra se vistió con lentitud y salió a dar un paseo por el parque. El clima frío de las mañanas no le afectaba, sentía que la brisa la impulsaba mas y mas, sentía que se elevaba. Le recordó a aquella tarde que pasó con sus amigos probando el LSD, la sensación que quedó grabada en su mente fue la de poder volar.

Amanecía.

Cuando los primeros rayos de sol tocaron su rostro, de inmediato sintió la gravedad impulsarla hacia el suelo, se sentía mareada, casi se desmayaba, de repente, vio algo debajo del árbol más grande del parque.
Sintió que la atraía.

Con cada paso se debilitaba más y más, y luego un poco más. Cuando se acercó lo suficiente, recuperó un poco de su fuerza. Había una mujer recostada en el árbol, parecía como si durmiese. Pisó un líquido extraño que estaba derramado sobre el pasto verde, sintió un chasquido de dolor en su abdomen que se fue tan pronto como llegó.

Inspeccionó a la mujer más de cerca.

Era ella, su blusa blanca llena de sangre, mientras sentía ella misma que se desangraba mientras miraba el cadáver. Su cadáver. Todo se volvía borroso. Sentía como la vida que nunca quiso escapaba de su cuerpo, gota a gota de líquido escarlata. Y gota a gota, su existencia.