miércoles, 7 de enero de 2015

Hogar

Sin sorpresas.
Sin molestias.
Mugre, desperdicios, todo a la caneca.

Comida en la nevera, cajas de pizza vacías.
Música sonando, humo en el aire,
Todo encaja.

Televisor encendido, luego apagado.
Luz brillando, y no brillando.
Corrientes serpenteando entre las paredes.

La vida continúa afuera, pero no aquí.
Las personas se besan afuera, pero no aquí.

Aquí solo están los gatos,
Aquí solo están los fríos y aburridos recuerdos de una vida anodina.
Hay calor, luz, alegría artificial siglo veintiuno.
Parecen durar siglos, luego un día se esfuman.

Todo parece durable, luego cesa de serlo.
Los recuerdos nacen y mueren dentro del olvido,
Dentro del mismo olvido que desean amainar,
Que desean alejar.

Todo está aquí conmigo,
Intacto mientras yo esté inmóvil.
Los gatos trepan las cortinas, y yo inmóvil.
El mundo sigue su curso y yo inmóvil.

Debería caerme por el borde,
El borde de este tablero de juego inútil, aburrido.
Quizá haya dragones y tesoros debajo,
Quizá haya lo mismo que arriba.

Como es arriba es abajo,
No?

Quiero ser el dado, quiero ser impredecible,
Impredecible mas confinado a unas pocas caras y destinos,
La ilusión de cambio verdadero,
Deseo la ilusión de que me muevo con el mundo,
Con el mundo y no a través de él.

Debo irme, debo escapar,
Mas este sillón me contiene,
Estos recuerdos me atan,
Estos libros me dominan.

Soltar mis raíces y volar como los árboles,
Ser el segundo robo a la panadería,
Encontrar el sueño perdido,
Soltar las maletas para encontrar un mundo nuevo,
Hundirme en el pozo.

He de irme,
Sí.

He de irme de aquí,
De mi hogar y este sillón.