miércoles, 10 de abril de 2013

Máquinas.

Aleteos.
Cortantes ruidos pausados.
Carne viva.

Tus ojos se pasean por un mar de metal. Ves a cada cosa por si misma, sin conjunto. Son solo monstruos.

Trac, trac, trac.
Engrane tras palanca tras pistón, luego las mentes en blanco. Quedan ciegas de ruido.

El aire en vuestros pulmones es tan sucio como el de afuera, mas sin embargo es puro como el alba.

El ruido chocante, las balas psicóticas, el néctar mental. Nada me aflige. Solo paséate en frente, falleceré cual reloj mal ajustado.

Suspira algo de humo. Estaré para verlo arremolinarse y perderse en el viento que nada deja.

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