He encontrado una mujer, una mujer bella. Una mujer inteligente, crítica y "frentera". No le da miedo decir las cosas, y menos decírmelas a mí. Aunque sin embargo, eso no limita su ternura, es más, diría yo que es una de sus cualidades más exactas y substancialmente puras.
Me trata bien, nos besamos y se me hacen amor las entrañas, estamos juntos y mis manos solo ansían el tacto de su suave piel. Mis oídos? Ellos solo desean sus dulces palabras y... mi cabeza se la pasa pensando en ella todo el tiempo, a todas horas, en todo tipo de pensamientos profundos surge ella con algún comentario inteligente que me hace quererla aún más, precisamente porque eso es lo que más me gusta de ella, las cosas que dice, siempre iluminan mi pensamiento, me inspiran y me hacen pensar más allá.
Tal vez no veamos el mundo de la misma manera, definitivamente no estamos de acuerdo en cuanto a drogas se refiere, pero no lo veo como algo malo, lo veo como un impulso a abrir mi mente, a explorar nuevas posiciones y puntos de vista. Y es que eso es algo que ella hace continuamente, impulsarme.
Siento que debo ser lo mejor de mí mismo. Sola y únicamente para ella. Todo lo que soy y lo que puedo crear, ya sea una pieza de piano improvisada con ella en mente (y pésimamente grabada), o algunas palabras concisas que substraen trozos de mi corazón desde el mundo abstracto hasta el mundo real por medio de frases que son solamente para ella.
Su nombre es Mariana, y si no me equivoco, si interpreto mis sensaciones correctamente, entonces estoy en riesgo de enamorarme profundamente, y no tengo ni el más mínimo atisbo de miedo.Ya me encanta, ya me muero por ella, ya divago y mis pensamientos se pierden en el rojo de su cabello y el dulce de sus palabras.
El recuerdo de sus caricias no es que ayude a concentrarme en mi labor del día a día, pero eso no me molesta, la quiero y la adoro. Es entonces un "tal vez" muy grande a considerar, porque, tal vez me enamore como nunca antes, y desde ya siento, que no la quiero perder, que mi vida sin ella sería triste, así que... deseo que seamos felices, encamino mi voluntad hacia esta mujer, y sin duda alguna, estoy dispuesto a enamorarme.
Es esta la voluntad de mi corazón.
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