Exámenes para la universidad. He vuelto al 2014 excepto que esta vez estoy más solo que nunca.
Es un estanque, uno verde y lleno de musgo asqueroso.
Escucho las mismas canciones, recuerdo a las mismas dos mujeres. Todo igual, nada cambia excepto que todo es diferente. Ninguna de ellas está ya conmigo, han seguido adelante y probablemente son felices. Me alegro por ellas.
Pero, lo que no sé es el origen de esta puta melancolía horrenda que siento. Es un vacío, un hueco, un abismo, un agujero negro, una tristeza y un añoro por el pasado que ya nunca volverá.
Extraño conciliar a D con sus problemas de exnovios, diciéndole que todo estará bien y que hay mejores tipos mientras en el fondo de mi corazón me aguantaba las ganas; lo único que quería era besarla y decirle que se olvidara de ese bobo hijueputa.
Extraño ir por unos cuantos helados a la esquina para hacerle una malteada a Ana aquella mañana de sábado porque le había dado la hora del berrinche, después o antes de la ciclovía.
Extraño hacerle macarrones a Marianne y jugar con sus gatos y que ella jugara con los míos y ser tan asquerosa y putrefactamente felices que me dan ganas de vomitar ahora de solamente recordar lo bien que estaban las cosas, de lo bien que actuaba.
Extraño hacerle el amor a Aya después de una noche de alcohol, de verla venirse una y otra y otra vez más hasta caer exhausta, y luego a la mañana siguiente despertarla con un beso, para luego pensar en el almuerzo, y terminar siempre haciendo chile con carne porque le encantaba.
Extraño a esas mujeres que fueron mi vida entera, que importaron más que la escuela, que los libros, que mis padres; que me hicieron hacer cosas que nunca haría. Extraño tener una vida entera, morirme de amor por alguien y tener una razón de ser. Por más exámenes de universidad que haga, por más libros que lea y por más matemáticas que estudie no logro hallar una sola razón para seguir viviendo.
Con eso no quiero decir que quiero morirme. Peor aún, estoy desesperado por morirme de amor por alguien. Por sentir que daría o haría lo que fuera por esa persona, y ahora que sé más cosas, tal vez podría amarla mejor, recibirla mejor, entenderla mejor, lidiarla mejor, sea quien sea.
Tengo esa estúpida idea de que ahora sí estoy preparado para amar a alguien, para darle mi todo... Pero no tengo las agallas para ir a buscarla todavía.
El mismo problema de siempre, el sentirme insuficiente, que algo, ese poquito, sí, un poquito más antes de...
Lo único que puede sacarme de este abismo es el amor de una mujer hermosa, la más hermosa que jamás he de conocer. Y que me parta un rayo si no, pero creo que la siguiente mujer de la que me enamore será mi esposa y la madre de mis hijos...
Tal vez la mera idea de que se requiere una razón para seguir viviendo esté errada. Es un paradigma que he venido dando por sentado hasta el momento, pero de lo que sí estoy seguro es de que tengo un montón de pasión acumulada que está buscando por donde romper, desgarrar, irrigar y desparramarse para dejarme muerto, tirado por ahí, sangrando felicidad.
Soy una bomba de tiempo.
Primero vino la mujer de rojo, luego la mujer verde, después la naranja.
La siguiente será fuego y me volará la cabeza en mil pedazos.
Estoy listo, pero debo dejar el miedo a quedar mal.
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