Haciendome a la espera de tu percepción altiva y bella. Queriendo que veas donde mi mirada dirige al viento. Que las costuras de tu corazón se deslían y enmarañen en la marejada de nuestras palabras enraizadas.
Deseo. Calor. Paciencia y Desesperación. Cada sílaba pronunciada con el viento de tu pecho quita aliento del mío.
Diversión cansina del día y por la noche el pensar e imaginar. Es rabia, es instinto y cobardía destemplada. Basta y no más y escúchame no poder decir nada y escucha mi silencio intranquilo, absurdo, inquieto.
Escucha y decide. Pero que tonto. El silencio otorga pero no entrega, palabras más y menos, pero que no se atreven a despegarse de mi aliento. Desgracia y miedo y desgaste.
Que las metáforas bandidas del romance gastado brinden sosiego a este cánon, grito y canto del corazón mudo y despiadado que atañe sin cesar mis sentidos y consciencia. Y por fin, que asi sea, o que no sea pero que suceda.
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